Son tiempos bravos. Por un lado, cada vez que llega una ola de calor lo hace con temperaturas altísimas; y por el otro, el precio de la nafta no para de subir.
Es por eso que vamos a analizar qué conviene más para tu bolsillo: manejar con la ventanilla baja o con el aire acondicionado encendido.
En el primer caso, juegan papeles importantísimos la velocidad y la resistencia al viento, conocido también como aerodinámica.
Al bajar la ventanilla empeoramos la aerodinámica del auto. Basta este ejemplo para entenderlo al toque: entra aire y nos va frenando, como lo hace un paracaídas cuando se abre.
Es así que el motor necesita un mayor esfuerzo para mantener la marcha, por ende gasta más combustible…. ¿pero cuánto? Eso depende de la velocidad.
Está comprobado que a partir de los 80 km/h, la entrada del aire incide sobre el consumo. Entonces, no hay problema que manejes por la ciudad con la ventana baja, pero en ruta, es mejor que no.
En tanto, el aire acondicionado siempre va a consumir, más o menos, la misma cantidad de combustible sin importar la velocidad que llevemos. Y dependiendo del caso, elevará el gasto de combustible entre un 5% y 20%, en el peor de los casos.
Claro está que depende de cuán cargado esté el auto, cuántos ocupantes hay en él y otros elementos, que inciden en el consumo. Pero ahora ya sabés: en ciudad, ventanilla baja si querés ahorrar; en ruta, aire acondicionado.
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