Son tiempos de economías dañadas, bolsillos flacos y precios de combustibles en alza, lo que hace pensar más de una vez qué le cargamos al auto: super o Premium. A continuación, por qué conviene cargar nafta Premium al auto, y qué hacer si tenés un diésel.
Primero, una aclaración: no todos los autos necesitan nafta Premium. Hay motores que pueden consumir combustibles de poco octanaje (como el súper), pero hay otros que es mejor cargarle Premium. ¿Por qué pasa esto? Nos tenemos que poner técnicos: porque la relación de compresión que tiene cada motor.
Es decir, que a mayor relación de compresión, mayor será la capacidad antidetonante de la nafta y por ende, mayor su número de octanos. Si querés saber cómo funca un motor, te recomendamos leer esta nota (no te asustes, no la va de tan técnica).
Entonces, ¿qué le cargamos al auto? Bueno, primero tratá de seguir las especificaciones del fabricante, las cuales están en el Manual de Usuario de tu auto. Si necesita Premium, y le mandás Súper, es muy probable que se produzcan detonaciones en los cilindros, algo conocido comúnmente como “pistoneo”. Esto pasa porque se inflama la mezcla adentro del cilindro de forma violenta, algo que está lejos de ser lo ideal…
Otro motivo de por qué conviene cargar nafta Premium al auto, es que contiene aditivos detergentes, que limpian internamente al motor, por lo que prolongan la vida útil de los distintos componentes.
¿Qué pasa si pistonea el motor del auto?
Es importante que acudas a un taller para una revisión cuanto antes, porque si te dejás estar, el motor se va a romper feo. Es que genera un movimiento anormal en el pistón, produciendo daños en la cabeza del pistón, la cual se erosiona. También puede que el pistón se fracture en la hendidura por donde van los anillos de pistón.
¿Qué combustible cargo si tengo un diésel?
Si tenés un “gasolero” de última generación, es decir que tiene inyección directa y turbocompresor de geometría variable, es necesario, vital diríamos, cargarle Premium. Básicamente porque tiene muy poco azufre.
En cambio, si le echás común, un turbodiésel moderno verá afectada la vida útil de todo el bloque por la obstrucción de los inyectores. Un dato: el gasoil común tiene 500 partes por millón de azufre, lo que obstruye ese sistema.
Lo curioso, es que si tenés un motor diésel “viejito”, deberás hacer todo lo contrario. ¡Mandale común! La clave está de vuelta en el azufre, dado que esa gran cantidad ayuda a lubricar a los antiguos sistemas de bomba inyectora que se usaban en ese momento.
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