¡Qué lindo que es hacer un viajecito con el auto! Ya sea en familia, con amigos o en solitario, tomar la ruta es casi que terapéutico y en Autominuto queremos que tanto la previa como el post viaje sean óptimos. Por eso, te dejamos la guía definitiva para que hagas una revisión del auto después de un viaje largo.
¿Por qué es importante hacer una revisión del auto después de un viaje largo? Porque al tomar la ruta y andar a velocidades más altas de lo normal el motor trabaja más fuerte que lo normal, lo que puede derivar en una mayor consumo de aceite.
Incluso, las distintas superficies por las que pasaste pudieron haber influido en la alineación y balanceo del auto, en los neumáticos o incluso, en el filtro de aire del habitáculo. Por todo esto, y más, te dejamos un punteo con las partes del auto que estaría bueno que chquees después de un viaje largo.
Revisión del auto después de un viaje largo: tramo de ida
- Faros: revisá que no se le hayan pegado bichitos ruteros. Si es así, limpialos con un cepillo para que iluminen siempre bien.
- Parabrisas: limpialo para que la suciedad, polvo o bichos no interfieran en tu visual a través del cristal. Ver bien, y alumbrar bien son fundamentales para una conducción segura.
- Sapito: si la usaste durante el viaje de ida, fijate si le queda contenido al depósito de agua para la vuelta.
- Aceite: no viene mal una chequeada del nivel del lubricante del motor para comprobar que no haya consumido de más durante el tramo de ida.
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Revisión del auto después de un viaje largo: el regreso a casa
- Ojo con el salitre: Si fuiste a la costa atlántica, o a la Laguna Epecuén (fuimos en auto, que está saturada en salitre), es clave que hagas una revisión al volver a tu ciudad. El salitre y la humedad se llevan pésimo con la pintura de tu auto y con los “fierros” de tu unidad. Para evitar oxidaciones, ni bien vuelvas pegale una lavada a la carrocería, chasis y por qué no, al vano motor. Es más, si el presupuesto te alcanza, aplicale un tratamiento de cera a la carrocería. Así vas a eliminar la corrosión que produce el salitre con el tiempo en tu auto.
- Escobillas limpiaparabrisas: Si fuiste con el auto a la playa, seguro que en algún momento se levantó viento. Eso habrá hecho que se acumule polvo y arena en las escobillas limpiaparabrisas, por lo que es clave que al momento del lavado le prestes especial atención a esa zona. Es que si no las limpiaste y activás el limpiacristales, es probable que las escobillas terminen marcando el cristal. Te contamos cada cuánto cambiarlas.

- Chequeo de presión de neumáticos: Revisá la presión de las ruedas, dado que se pudieron haber desinflado un poco con el excesivo uso. Comprobá además que no tengan ningún desgaste irregular ni corte. Recordá que la presión correcta de las gomas está en el manual de usuario o en el marco de la puerta del conductor. Si querés saber más sobre consejos y presiones de los neumáticos, entrá acá.

- Revisá líquidos: En poco tiempo hiciste cientos o miles de kilómetros, por lo que será bueno que primero revises el agua del sapito o limpiaparabrisas para que cuando lo precises usar funcione correctamente. Además, revisá el líquido de frenos, refrigerante y de dirección. Y claro, chequeá el nivel de aceite. Si te llega tocar hacer el recambio en medio del viaje, entrá a www.autominuto.com y averiguá cuál es el lubricentro con los mejores precios en la zona donde estás vacacionando.
- Revisá el filtro de aire: Puede que se haya ensuciado, y si está taponado, el motor no respirará del todo bien. Eso derivará en recalentamiento del motor (leer qué hacer si pasa esto).
- Revisá el odómetro: quizás no te diste cuenta y llegó el kilometraje que indica el mantenimiento programado para cambio de aceite y filtros (qué son).

Después de un viaje largo, vos también cuidate
Te damos unos tips adicionales después de llegar a destino y haber manejado muchas horas:
- Elongá: estirá las piernas, brazos y cuello (con cuidado). Tené en cuenta que condujiste muchas horas manteniendo una misma posición y quizás pasaste por algunas situaciones tensionantes, como sobrepasos largos o tormenta fuerte. Relajá.
- Caminá: Ya sea que hayas llegado a tu casa o a la ciudad de visita, no te acuestes o sientes. Lo mejor será que salgas a dar un paseo por unos buenos minutos para reactivar al cuerpo. Luego sí, descansá.